Con la historia de mi pianista favorito terminamos este experimento de blog. Espero que os haya resultado interesante.
La historia de Bill Evans, el hombre solitario y taciturno, que tocaba con la cabeza agachada, casi sin mirar ni el piano, es la de un hombre tímido, triste y desgraciado, que tuvo un final aún más triste.
Pero primero os voy a contar la historia de esta melodía
Según la leyenda, la confiscación de sus tierras a principios de 1600 causó una profunda impresión a Blind Rory, descendiente de los O'Cahan cuya familia había vivido en esas tierras durante generaciones. Aquella tristeza lo llevó a escribir una canción conmovedora de dolor y de pasión llamada "Lamento de O'Cahan". Se cuenta que en su origen hubo algún tipo de intervención sobrenatural: Una noche, Blind, borracho, se desplomó a la orilla del río y, dormido, habría escuchado hadas tocando una melodía inquietante en su arpa. Una vez que estuvo lo suficientemente sobrio y seguro de poder reproducir la música, volvió a su castillo para dar una serenata a sus invitados con la primera versión del aire que se convertiría en una canción popular y que no sería escrita en partitura hasta unos 250 años más tarde.
Igual todo es una leyenda y la melodía es más reciente, pero
no deja de tener su encanto.
Los ingleses la conocen con el nombre de 'Aire del Condado
de Derry", ya que el nombre más común, en irlandés, les suena algo raro
"Londonderry". Todos lo conocemos del cine con el nombre de Danny
Boy, por el título de la canción que creó Frederic Edward Weatherley
(1848-1929) sobre esa melodía.
Y en las manos de Bill Evans suena divino.
Aún no os he hablado de mi pianista de jazz favorito, uno de
los músicos de jazz procedente de la música clásica y por tanto con un estilo
que une las armonías impresionistas de Debussy con la sensibilidad de un hombre
solitario y triste. Un hombre que apenas tuvo unos meses de felicidad en toda
su vida y que acabó de una manera trágica.
En cuanto se reponía de algún golpe de la vida, como la muerte de su contrabajista en un accidente de coche, o la de su novia, que se tiró a un tren al conocer su infidelidad, o la definitiva, cuando su hermano mayor, su apoyo, su hermano Harry, se quitó la vida.
Entonces él lo decidió
también…
Gene Lees lo llamó "el suicidio más largo de la
historia". Duró exactamente un año y seis meses.
Dejó de tomar sus medicinas para la hepatitis, volvió a la
cocaína y al alcohol, y prácticamente no se alimentaba. Por si fuera poco,
aumentó el ritmo de conciertos por todo el mundo, en una frenética carrera
hacia el final, que le llegó el lunes 15 de septiembre de 1980. Sólo cuatro
días antes había dado su último concierto en Nueva York.