Imagina que estamos en 1950.
En mi anterior vida visité Venice en California y entré en una vieja peluquería para afeitarme. Me extrañó ver un instrumento musical en una barbería así que le pregunté al dueño que qué hacía allí aquel viejo piano vertical. Éste suspiró y, después de cerrar la tienda y los ojos, se dejó caer en su sillón no sabría decir si cansado o nostálgico, y me contó una historia increíble.
Todo comenzó cuando tenía unos catorce o quince años, allá por 1898. Entonces no era barbero. Tocaba en una tienda de instrumentos musicales de Oklahoma para ganarse algún dinero.
Un día, un hombre impecablemente vestido se le acercó, le puso una partitura manuscrita delante y le dijo “¿podrías tocar esto?” Aquel chaval quedó fascinado por el ritmo y la energía que le transmitía aquella desconocida música que se titulaba “Maple leaf rag” y, excitado, le preguntó al desconocido quién había escrito aquello. Le habló entonces de un compositor llamado Scott Joplin que vivía en Sedalia (Missouri). Entonces tomó la determinación de ir a conocerlo como fuera y conseguir que le diera clases.
Cuando llamó a la puerta de la casa que le habían indicado se encontró con el mismo hombre que le mostró el manuscrito meses atrás. Era el mismo compositor que aún no había publicado aquella obra con la que alcanzaría uno de los pocos éxitos que obtuvo en vida. Se presentó y le rogó que le diera clases. Su nombre era Brun Campbell, y fue su único alumno blanco.
Unos años después, Brun (cuyo nombre completo es Sanford Brunson Campbell) se casó y se estableció en Venice, California, dedicándose a la barbería para ganarse la vida hasta que un día se enteró de que su maestro había fallecido en la miseria y que su viuda estaba pasando penalidades, así que la llamó y trató de ayudarla económicamente para lo que le propuso comprarle el piano. ¡De modo que ese era nada menos que el piano de Scott Joplin!
Además pensó en la cantidad de dinero que podrían generar los derechos de autor, así que dedicó los siguientes años a escribir libros sobre ragtime y a grabar en la misma barbería toda la obra de aquel pianista genial que había muerto de la manera más triste, sin conocer apenas el éxito, y cuya obra más conocida se titulaba “The entertainer” y que ahora es más famosa por aparecer en la película El golpe, con los gigantes Robert Redford y Paul Newman.
Además me contó la desgraciada historia de Scott Joplin, aquel pobre chico negro, hijo de un esclavo liberto y de una afroamericana nacida libre, que creyó que podría alcanzar el éxito en un mundo de blancos escribiendo obras musicales de la misma calidad.
Pero el público racista de su época estaba dispuesto a aceptar a un chico negro que toca alegres ragtimes en los bares, pero no a uno que intentara escribir y estrenar una ópera en Nueva York, algo que sólo estaba permitido a los blancos.
Después de estar tres años orquestando y tratando de estrenarla sin éxito, el fracaso le pasó factura. Agotado y presa de la desesperación, su estado mental se alteró con rasgos de esquizofrenia y fue abandonado por familiares y amigos, falleciendo unos meses después con tan solo 48 años, en abril de 1917, justo el año en que el jazz comienza a difundirse por todo el mundo desde Nueva Orleans.
No olvides poner tu nombre. Gracias
ResponderEliminarEl «Maple Leaf Rag» es un ragtime en tiempo de marcha, con líneas de bajo característicamente enérgicas. Cada una de las cuatro partes se compone de un tema que se repite, con un bajo que salta con copiosos acordes, su construcción es más cuidada que la de casi todas las piezas de ragtime previas, y la síncopa que caracteriza el ritmo, especialmente en la transición entre la primera parte y la segunda, fue novedosa para la época.
ResponderEliminarEs impresionante lo que es capaz de provocar el racismo, en vez de darle lo que se merecía por las grandes obras que era capaz de hacer lo querían hundir en el barro y que no saliera nunca solo porque su piel era de un color diferente a la suya es completamente estúpido juzgar el trabajo de una persona por como vista o por como sea fisicamente.
Buenas noches soy Raquel Ramos