Él no lo sabía, pero aquella iba a ser su última película. Llevaba varios años en Nueva York y andaba terminando el rodaje de la película "Tango Bar" (1935). Le faltaba la melodía para la letra que se cantaría durante la carrera de caballos. La letra, de Alfredo LePera jugaba con las expresiones de las apuestas para darle un significado en el juego del amor, pero Carlos no terminaba de dar con una melodía pegadiza. Entonces, una noche, a las tres de la mañana sonó el teléfono del arreglista Terig Tucci: al aparato sonó la voz alterada, eufórica de Gardel: “Che viejo, tengo una melodía para el tango “Por una cabeza”. Y se la cantó por teléfono, pero, tal vez porque estaba medio dormido a Tucci no le pareció nada fuera de lo común. Entonces Carlos insistió “Mira, Beethoven, vos te quedás con tus corcheas y semifusas; pero no te metas conmigo en asuntos de "matungos".
Y no le faltaba razón, la melodía era tan pegadiza que aparece en varias escenas de la película incluyendo los créditos. No imaginaba Carlos Gardel que aquella melodía se convertiría en una de las más famosas de toda su producción, rivalizando, por arte del cine, con su maravilloso “El día que me quieras”.
Tras el rodaje, Gardel inició una gira de conciertos por toda latinoamérica, llegando a Colombia en Junio. Tras las actuaciones, el 24 de junio, debían continuar la gira y tomaron un avión en la ciudad colombiana de Medellín. Cuando iban a despegar se toparon con otro avión que esperaba en la pista de despeque y chocaron ambos aviones, resultando 17 personas fallecidas y sólo tres supervivientes. Carlos Gardel tenía 45 años, y no tanta suerte como sus guitarristas que sí sobrevivieron al choque.
Falleció el hombre y nació el mito, el mejor cantante de tangos de la historia.
Aquí os traigo este vídeo jugando con el piano. Sólo la melodía y los acordes de su conocido tango "Por una cabeza", nada de florituras.
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